NO SE PUEDE LEER ALGO ASÍ SIN LLEVAR LOS LABIOS PINTADOS

domingo, 19 de octubre de 2008

Con aires renovados... (primera parte)

He vuelto, después de tanto tiempo, con un montón de fotos y sueños cumplidos y por cumplir.

Por fin llegó mi momento! la buena estrella se puso de mi parte, los astros se alinearon y las piezas comenzaron a encajar.

Hoy, domingo 19 de octubre soy ya un año más vieja. Pero soy, ahora sí que sí, una FARMACÉUTICA un año más vieja; la dueña de un precioso MiNi un año más vieja; y, sobre todo!, he pasado a ser un año más vieja en esa ciudad con la que llevaba soñando tanto tiempo.

Este año no me ha importado envejecer. Este año 2008 el 11 de octubre fué un día primaveralmente perfecto.

Podría decir que mi viaje comenzó bien, muy bien! con unos billetes a un precio que no diré por no ofender; pero a lo que muchos llamaríais un buen precio restadle el 30-40% y por ahí anduvo la cosa (ida y vuelta, tasas incluidas)
Dormí absolutamente tooooooodo el vuelo, salvo para cenar y desayunar, ante la perplejidad de mi xeneize compañero de asiento. Y, por fin!, muchos meses y 11 horas de vuelo después, llegó el momento...

No hubo todos esos estudiados saludos que, por otra parte, no cabría esperar. Nuestros brazos llevaban esperando demasiado tiempo para enredarse, y, a las 7:30 am del 3 de octubre, ellos tomaron el control de la situación -y nosotros no intentamos detenerles-.
Creo que desde ese momento y hasta que entré en el avión que me traería de regreso a España, no dejé de sonreir... (salvo algún momento puntual claro, que hay que descansar la musculatura)
Estaba ocurriendo. Estaba allí. Y pronto me daría cuenta de que nada era como había esperado... Era mejor!

Pronto me daria cuenta también de que las líneas que separan los carriles del asfalto son algo puramente decorativo... y que el porteño circula a sus anchas (y a las del vecino si le apetece)


"Bienvenida a Neverland". Y no hubo llama, aunque sí mucha chispa, y sonaron Los Tipitos -de ayer y de hoy-. Y Vicentico me volvió a declarar "culpable". Las milanesas se torraron, pero no importó. Y descubrí que la celebración de mi cumpleaños empezaría 2 días después con un concierto increíble (si es que no había empezado ya...)



Sábado 4 de octubre :


no sufría Jet Lag, el día era fresco pero soleado y plaza Francia estaba preciosa. Ahí encontré uno de esos "algos" que le dan a Buenos Aires el "no_sé_qué" que me enamoró antes de conocerla. Parecía que la gente había sido contratada para pintarme una foto de guía turística, puestos allí como para una postal que enviar a la familia. A los pies de un árbol insólitamente "burtoniano", docenas de jóvenes mantenían viva la costumbre del mate; docenas de mantas sobre la hierba, docenas de conversaciones con ese acento envolvente, docenas de termos con algua caliente, docenas de bombillas... una docena de días me quedaban en esa ciudad y todos serían increíbles.


Domingo 5 de octubre :











paseo por el río. Un río grande, enorme, de color extraño. Bicicletas, perros, cometas, niños y mayores con camisetas de boca, de river, de rácing ... Y me quedo con un detalle del que parecen no percatarse los autóctonos: la bandera albi-celeste está por todas partes! en las aceras, en los carteles de las obras... hasta en las iglesias! Está en cada calle, en cada esquina, ... y nadie parece verla. El país está pero nadie lo mira?

Y sobre las 7 de la tarde cruzamos la Avda. del Libertador, pasamos como mil controles (por dios!) y todas esas canciones que hace 10 meses encontraba en la red saciando mi sed de argentinidad sonaban allí en vivo ¿para mi? "Si es una canción es un regalo..." Fué increíble! mágico! perfecto! unos segundos de felicidad en estado puro! ese tipo de instantes que hacen que mi sonrisa y mis lágrimas no dejen de pelear por el protagonismo de mi cara.
Luego se vino Loquillo en su "cadillac solitario" (ay madre!) y nos hizo falta algo de líquido para sobrevivir. Aparecieron Los Decadentes y la locura tomó las riendas y no las soltó hasta que Don Andrés dejó el escenario del Ciudad de Buenos Aires.



Lunes 6 de octubre:

comienza mi andanza turística. Un poco de "shopping", sombrero de gaucho para papá incluído (este padre mio es así...) y el subte me lleva hacia la Plaza de Mayo. No es un subte cualquiera, es uno de película! el restaurado y conservado primer subte de la ciudad. La madera brillante, las lamparitas biseladas y el revisor de uniforme y silbato en mano cerrando las puertas me hacen dudar por unos segundos si me habré colado en algún tipo de museo subterráneo. Pero no, arranca y no para hasta dejarme justo debajo de la plaza.
Fué extraña la sensación al subir las escaleras de la estación... No sé si, al igual que me sucedía con la bandera, solo yo lo veía, algo extraño y especial en ese lugar... Cuánta gente habrá pisado (y pisará) esa plaza buscando una respuesta!
El sol se ponía y yo iba hacia la estación de Retiro (en hora punta, a quién se le ocurre!), me subía al tren de regreso a Núñez... y se me rompía el zapato! genial! a caminar 5 cuadras en la oscuridad, con un sombrero de gaucho en la mano y una pierna 10 centímetros más corta que la otra! Y, aún así, no dejaba de sonreír (y de paso, de reirme de mi estampa!)
Esa noche no hubo cena quemada. Sí hubo muchas risas con una sesión de lectura anti-española patrocinada por Casciari (mucho bla bla bla pero no hubo eggssss de poner la portadita de "la vaca porculera" -con perdón- en la versión española... )



Miércoles, jueves, viernes.... esas son otras historias que dejaré para mañana, que son las 5:44 am y, aunque haya sido un proceso feliz -muy feliz!- lo cierto es que soy ya más viejita... y mañana seguimos de guardia!
Buenas noches y que tengas lindos sueños, estés al lado que estés del océano...



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