Es curioso como vuelven nuesta mente algunas cosas... Imágenes de hace un tiempo, sonidos, olores...
Hoy me he sorprendido sonriendo en mi coche, con algunos de esos recuerdos revoloteando tras la cortina de lluvia del parabrisas.
Hoy me he dado cuenta de las pequeñas cosas que me enamoraron de Buenos Aires. No fueron cosas tan "evidentes" como el alma de la Plaza de Mayo, o el tango el La Boca, nisiquiera ver a tanto argento junto cantando el himno en el Argentina-Uruguay ....
Fué aquella chica, de apenas 15 años de la estación de Retiro, "Ché Tico, dale! caminá!" Y un Tico de 5 distraído con un juguetito en la mano y una mochila a la espalda serpenteando entre la gente.
Fué el tipo destartalado del andén equivocado al que llegué tras caminar 8 cuadras en dirección contraria a la debida, "No linda! esta línea no es! Ay nena! vení que te muestro..."
Y el viejito de Caminito, con su pose de postal, inmóvil, mirando al mar, o a la gente, o al pasado... Qué lindo el viejito! Qué lindo sentarse en ese banco una tarde de sol y dejar el tiempo pasar!...
Fué aquella tarde de lluvia y viento, sentada en la puerta de tu oficina, con tu (Mc)Capuccino en la mano y los zapatos empapados, esperándote bajo la lluvia.
Qusiera volver. Volver y que el tipo del andén me indique el rumbo, volver y que el viejito siga sentado esperando, como si el tiempo nunca pasara.
Volver y que Tico me arranque de nuevo esa sonrisa. Porque de las demás ya te encargás vos...
1 comentario:
GRrrrrrrrrrr..!!!
tenés una forma tan linda de escribir!!!
así no vale...
besos
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