14, uno-cuatro

Catorce de marzo, a un mes justo para subirnos al avión.

En 31 días mi felicidad hecha persona partirá desde Buenos Aires hacia España; 15 horas de vuelo, dos aviones y una escala pondrán fin a más de tres años de espera.

Siempre sintiendo que todo era injusto, que nos estábamos perdiendo tantas cosas, que era antinatural estar tan lejos, que el mundo nos debía miles de horas,...
Siempre pensando que vivir con alguien a quien quieres no se plantea, no se decide, que viene solo, por inercia, que las escenas de comedia romántica en la que se regalan las llaves del apartamento son la idiotez más grande del cine.
Y ahora la idiota soy yo. Porque tengo tu copia hecha desde hace meses...

Pero es que por fin lo he entendido!!! y no voy a vivir con alguien a quien quiero; voy a crear un hogar con la persona a la que amo.

Vivimos (como tantos otros, ya lo sé) en otra dimensión.
Pero, a diferenicia de otros muchos, para llegar a esta dimensión hemos tenido que volver a Pangea, a ese continente único, en el que el Atlántico no existía y era solo cuestión de echar a andar para llegar a cuaquier lugar, como en el mini-planeta de El Principito.
Llega la globalización!



Dejar atrás un país, una ciudad, una casa, una familia, unos amigos....
El agua aquí girará al revés!!! y tú estás dispuesto a eso!!! por mi?? por mi!!!
Cuánta responsabilidad (con lo poco que tengo yo de eso en la nevera)
Cuántos jueves y cuánta lluvia gaYYYega por delante!

Un mes, 31 días, para dormir sin diferencias horarias, para calentar mis pies heladera en tus rodillas, para que los días rojos dejen de existir, para que tener conexión a internet no sea cuestión de vida o muerte.

Un mes, 31 días.... para poner en forma mi culito respingón!